“Es pequeño, pero este ratón de laboratorio podría tener un impacto enorme”

Por: David Domínguez
En un avance que parece sacado de una película de ciencia ficción, científicos de la empresa “Colossal Biosciences” han logrado modificar genéticamente ratones para que desarrollen un pelaje similar al del mamut lanudo, la especie extinta hace miles de años
Este experimento marca un paso importante en los intentos de desextinción, un campo que busca revivir especies desaparecidas mediante la manipulación genética, el equipo de investigadores, liderado por el renombrado genetista George Church de la Universidad de Harvard, utilizó la tecnología de edición genética CRISPR para introducir en ratones genes responsables del pelaje grueso y rizado del mamut
Los resultados fueron sorprendentes: los roedores desarrollaron un pelaje más largo, denso y con una tonalidad rojiza, características clave de los antiguos mamuts lanudos.
Pero, ¿Qué significa realmente este avance? Según los expertos, este experimento no solo es un gran logro en biotecnología, sino que también acerca a la comunidad científica a la posibilidad de traer de vuelta al mamut lanudo, sin embargo, el proyecto no está exento de controversias mientras algunos científicos ven la desextinción como una herramienta para restaurar ecosistemas dañados, otros advierten sobre los riesgos éticos y ecológicos de revivir especies extintas.
El biólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Lluís Montoliu aplaude esta investigación, que define como un “éxito incontestable”. “Todavía no han desextinguido ningún mamut, pero sí que han mostrado el efecto que tienen algunas variantes genéticas encontradas en el genoma del mamut usando ratones como sistema experimental de validación de los efectos que producen dichas mutaciones”, ha declarado al portal Science Media Centre (SMC) España.
A pesar de las dudas, la empresa Colossal Biosciences se mantiene firme en su objetivo: crear un mamut lanudo real en los próximos años y reintroducirlo en su hábitat natural en Siberia, este experimento con ratones demuestra que, al menos a nivel genético, la idea no es imposible ahora la pregunta es: ¿estamos preparados para compartir el mundo con especies que desaparecieron hace miles de años?