En un nuevo aumento de la escalada bélica. La Fuerza Aérea de Ucrania confirmó el ataque, que tuvo como objetivo la ciudad de Dnipró, situada en el centro este del país.
Por Marisol Bartolo
Según un comunicado de la Fuerza Aérea ucraniana, el misil fue disparado desde la región rusa de Astracán, y se sumó a una serie de otros misiles lanzados por Rusia contra infraestructuras críticas de la ciudad. Este ataque marca un punto de inflexión en el conflicto, ya que es el primer uso de misiles balísticos intercontinentales en el territorio ucraniano desde que comenzó la invasión hace más de dos años.
Fuentes militares consultadas por AFP confirmaron que, aunque el misil lanzado tiene la capacidad de portar tanto ojivas convencionales como nucleares, en este caso no llevaba una carga nuclear. Sin embargo, el Kremlin se negó a comentar sobre el incidente, con el portavoz Dmitri Peskov indicando que no tenía “nada que decir” al respecto.
A pesar del silencio oficial, Peskov subrayó que Rusia continuará haciendo todo lo posible para evitar una guerra nuclear, e instó a otros países a adoptar una postura “responsable” en ese sentido.
Por su parte, las fuerzas de defensa aérea de Ucrania lograron derribar al menos seis misiles rusos durante el ataque, aunque no se ha confirmado si entre ellos se encontraba el misil balístico intercontinental. El jefe de la región de Dnipró, Sergii Lisak, informó que el bombardeo aéreo ruso causó daños en un centro de rehabilitación, varias viviendas y una planta industrial. El ataque dejó dos personas heridas: un hombre de 57 años, atendido en el lugar, y una mujer de 42 años, que fue hospitalizada.
Este lanzamiento de misiles intercontinentales por parte de Rusia se produce en medio de una escalada en el uso de misiles de largo alcance en el conflicto, especialmente desde que Estados Unidos autorizó a Ucrania a utilizar misiles de fabricación estadounidense. En días recientes, medios británicos informaron que Ucrania también ha lanzado misiles Storm Shadow, suministrados por el Reino Unido, contra objetivos en Rusia.
El ataque de este jueves subraya la creciente intensidad del conflicto y la peligrosa dinámica que involucra el uso de armamento de largo alcance, lo que aumenta el riesgo de una mayor escalada entre las partes involucradas.
