Por David Domínguez
Las intensas lluvias que azotaron la capital durante los últimos tres días provocaron un verdadero caos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), dejando a más de 19,000 pasajeros varados y evidenciando la vulnerabilidad de una de las infraestructuras más importantes del país.
La madrugada del martes 12 de agosto, la Terminal 1 del AICM presentó inundaciones severas que obligaron al cierre total de operaciones a las 2:13 a.m., aunque algunas pistas reabrieron a las 6:00 a.m., no fue hasta las 11:00 a.m. que las actividades lograron regularizarse, para entonces, cientos de vuelos habían sido cancelados o desviados, y muchos viajeros, incluyendo familias con bebés, pasaron la noche en el piso de la terminal sin recibir atención suficiente.
Aerolíneas como Aeroméxico emitieron comunicados pidiendo soluciones urgentes, mientras que usuarios en redes sociales calificaron la situación como “vergonzosa” para un aeropuerto de esta magnitud.
Las lluvias también impactaron otras zonas de la Ciudad de México, el Centro Histórico y varias alcaldías vivieron inundaciones que expertos califican como las más graves en más de siete décadas, Clara Brugada, jefa de Gobierno capitalino, advirtió que septiembre podría traer lluvias todavía más intensas, por lo que urge invertir en drenaje, mantenimiento y medidas preventivas.
Este episodio no solo pone en evidencia la necesidad de infraestructuras resilientes al cambio climático, sino también la importancia de que estudiantes y profesionistas en formación comprendan cómo fenómenos meteorológicos extremos afectan la movilidad, la economía y la vida cotidiana.
La emergencia del AICM es un ejemplo claro de cómo la planificación urbana, la ingeniería y la gestión de riesgos son campos en los que las nuevas generaciones deberán innovar para evitar que la historia se repita.
Con Información de EL PAIS
