
Se ha comprobado que la producción excesiva de la proteína SFRP1 juega un papel clave en el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa (Alzheimer).
Un equipo de investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, junto con la Universidad Pablo de Olavide y la VU University Amsterdam (Países Bajos), ha descubierto un mecanismo que provoca cambios tempranos en el cerebro mucho antes de la aparición de los síntomas clásicos del Alzheimer, lo que puede contribuir a su detección precoz.
El estudio, que ya ha sido publicado en la revista Cell Reports, muestra que los astrocitos del cerebro pueden tener un papel “clave” en el origen de esta patología, al producir de forma “excesiva” la proteína SFRP1, que se encarga de regular la comunicación entre células durante el desarrollo cerebral.
Su excesiva acumulación en el cerebro adulto tiene efectos perjudiciales, y es que bloquea la actividad de la proteína ADAM10, que facilita y acelera funciones del cerebro, además de ser necesaria para mantener sanas las conexiones neuronales.
Este bloqueo provoca un desequilibrio que acaba deteriorando la plasticidad sináptica, un mecanismo “esencial” para formar y consolidar recuerdos. La investigación también muestra que el exceso de SFRP1 interfiere con la potenciación sináptica a largo plazo, un proceso “fundamental” para el aprendizaje y la memoria.
Por todo ello, los investigadores han posicionado a la mencionada proteína como una diana terapéutica “emergente” en la lucha contra esta enfermedad, con potencial para permitir intervenciones en fases tempranas y antes de que se produzcan daños irreversibles.